La podología infantil trata las alteraciones y defectos estructurales o funcionales de los pies de los niños.
Es recomendable que todos los niños visiten al menos una vez al año la consulta de podología, al igual que los adultos. Estando la primera visita recomendada a partir de los tres o cuatro años, antes en el caso de que se detecte alguna patología.
Muchos padres de familia pueden pensar no ser necesario el llevar a su niño al podólogo. Sin embargo, existen problemas que si se detectan de manera temprana la mejora puede ser inmediata y con mejores resultados.
Los pies cuentan con una compleja red de huesos articulaciones, tejidos, músculos y terminaciones nerviosas que trabajan juntas para coordinar el movimiento del resto del cuerpo. Son literalmente la base del cuerpo, por eso es tan importante asegurarse su funcionamiento, especialmente en los más pequeños.
Como los pies infantiles cuentan con gran una cantidad de cartílago que se irá osificando a medida que los niños vayan creciendo, la infancia resulta la mejor época para revisar y realizar correcciones en los pies y así poder evitar problemas y complicaciones en un futuro.
Pie plano: Es un término que se utiliza para describir aquel pie que cuenta con la ausencia total o parcial de la curvatura o arco, creando un área de máximo contacto de la planta del pie con el suelo. Este tipo de pies requieren el uso de plantillas a partir de los 4 años.
Pie cavo: Es aquel pie que presenta un arco más arqueado o exagerado que un pie normal, haciendo que el pie sea relativamente inflexible. Esto aumenta el reparto del peso hacia la zona del antepié, produciendo dolor y a menudo se le asocia una tensión excesiva en el gemelo. Acostumbra a aparecer entre los 8-12 años, aunque en ocasiones está presente al nacer.
Pie valgo: Es aquel pie que sufre una desviación del talón hacia fuera y un “efecto de caída” de la parte interior que parece tocar el suelo. Provoca cierta inestabilidad o “torpeza” a la hora de caminar o correr. Puede requerir tratamiento.
Pie varo: Es aquel pie que orienta su planta hacia dentro, apoyando el borde externo y los últimos dedos. Normalmente, va asociado a una lateralización de las piernas y de las rodillas. Se acompaña de otros trastornos, constituyendo así los pies cavo-varos o equino-varos (pie zambo), que suelen estar asociados a procesos neuromusculares del tipo del mielomenigocele, Charcot-Marie-Tooth o parálisis espásticas. Han de ser tratados por personal especializado en ortopedia pediátrica, requiriendo en la mayoría de los casos tratamiento quirúrgico.
Pie equino: Es aquel pie que está situado en una posición de flexión plantar permanente, es decir, un pie que se estira hacia abajo siguiendo el eje de la pierna. La causa de que el pie adopte esta posición es la contractura del músculo tríceps (tendón de Aquiles acortado). Los niños con pies equinos se caracterizan por caminar “de puntillas” (apoyando el antepié).
También conocidas como papilomas. Son lesiones inicialmente pequeñas, que van expandiéndose con el paso del tiempo. Su aspecto es rugoso y pueden mostrar manchas oscuras en la superficie. No siempre producen dolor, aunque muchas veces son molestas. No hay uniformidad de tratamiento. Se puede usar pomadas de ácido salicílico, crioterapia, quemadura con sustancias ácidas o cirugía.
En edwards podólogos somos especialistas en podología infantil y nos preocupamos por detectar a temprana edad problemas que pueden afectar a los niños.
Contamos con el mejor equipo de podólogos en Lima que ofrecen tratamientos de podología pediátrica que comprende el corte de uñas en bebés, extracción de uñeros y también el diseño y fabricación computarizada de plantillas ortopédicas a medida para niños.
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